La ciudadanía una vez más respondió con altura al reto democrático de elegir un nuevo Gobierno que se posesionará el 7 de agosto de 2022. En las urnas, más de 11 millones de personas expresaron su deseo por un cambio representado en las propuestas del Pacto Histórico, y que en palabras del presidente electo Gustavo Petro, tiene una visión de Colombia como una potencia de la vida, representada en tres ejes de gobierno: paz, justicia social y justicia ambiental.
Hay que resaltar la oportunidad que tenemos, como país, para avanzar hacia un “acuerdo nacional” que fortalezca la gobernabilidad, ya sea en las agendas legislativas, en diálogos con el sector empresarial, con las agendas populares, y con los sectores que aún tienen reparo en la implementación del Acuerdo de Paz. Es una manera más de acentuar los diálogos tan necesarios en las sociedades que buscan superar las violencias sociopolíticas.
Esperamos que las propuestas de la campaña del Pacto Histórico se vean reflejadas en el próximo Plan de Desarrollo Nacional, y que cuente con los espacios de participación ciudadana para conocer las propuestas, hacer aportes y que realmente sea un plan de gobierno orientado a la paz con justicia social. En nuestros entornos sociales será necesario fortalecer las veedurías y el control político al Gobierno, apoyar las políticas orientadas a saldar las deudas sociales y olvido de los sectores más empobrecidos, de las víctimas del conflicto armado, el acceso a justicia, el ejercicio de los derechos fundamentales, y el cuidado de la casa común.
Desde Justapaz, Asociación Cristiana Menonita para Justicia, Paz y Acción Noviolenta, le expresamos nuestra solidaridad al presidente electo Gustavo Petro, a la vicepresidenta Francia Márquez y a su equipo de trabajo. Como sociedad civil y sector religioso por la paz, estaremos prestos a sumar desde los territorios en las rutas que nos lleven hacia la paz total, construyendo sociedad en medio de las diferencias, y teniendo como criterios la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
De manera particular, priorizaremos, como lo hemos hecho por más de 30 años, la urgencia de transitar de las violencias hacia el diálogo social, en temas tan urgentes como:
Nuestras oraciones por la paz con justicia social y que haya sabiduría en el nuevo Gobierno para ambientar los diálogos plurales, la participación democrática y la incesante tarea por la reconciliación.