COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA, SOBRE LA VIOLENCIA Y REPRESIÓN A LA MOVILIZACIÓN CIUDADANA EN LAS JORNADAS DEL PARO NACIONAL DE ABRIL Y MAYO DE 2021

Desde la Asociación Cristiana Menonita para Justicia, Paz y Acción Noviolenta nos solidarizamos con el paro Nacional y con las justas razones que lo motivan haciendo en todo momento un llamado a la sociedad civil a solidarizarse con las movilizaciones pacíficas que han liderado las organizaciones sociales, Iglesias, sindicalistas, DDHH, Mujeres, artistas, educadores, colectivos estudiantiles, movimiento por la paz y sindicalistas entre otros.

Respaldamos la movilización ciudadana, los debates democráticos, los pliegos de petición del Paro Nacional y las expresiones populares en distintas regiones, y que se expresan en marchas, redes sociales, expresiones artísticas, plantones y demás acciones creativas. Todas ellas son una muestra más de la indignación ciudadana frente a las políticas neoliberales y militaristas del Gobierno.

La ciudadanía en general rechazó la reforma tributaria y esta presión social hizo que el presidente Iván Duque decidiera retirar este proyecto del Congreso de la República. Sin embargo, la movilización social y el Paro Nacional continúan porque recogen el sinsabor frente a la baja implementación del acuerdo de paz, la crisis socio-económica por la pandemia por covid19, la situación de DDHH de líderes y lideresas que han sido asesinados, amenazados y las masacres que se vienen presentando en los territorios.

Son alarmantes las denuncias sobre hechos violentos hacia los y las manifestantes. Instamos al gobierno a NO estigmatizar la movilización y la protesta social al llamarlos «terroristas y vándalos». Deben ser motivo de investigación las situaciones como militarización de las ciudades, la brutalidad policial, los heridos, desaparecidos y asesinatos ocurridos en el marco del Paro Nacional.

Justapaz como organización del sector religioso por la paz y la acción noviolenta sigue insistiendo en las opciones del diálogo social y la concertación entre el Gobierno y la sociedad civil sobre las políticas sociales, económicas, paz y Derechos humanos, y en particular acompañamos las agendas sociales y de paz que se vienen gestando desde el movimiento sindical, educativo y de derechos humanos. Nos sumamos en oración y solidaridad con personas y familias que han sido afectadas por los hechos violentos. La violencia no es la solución y sólo deja dolor, rencores y muerte.

Finalmente hacemos un reconocimiento profundo a los movimientos juveniles, mujeres por la paz, sindicalistas, Iglesias por la paz, educadores, plataformas de paz y DDHH y toda la diversidad de expresiones populares y ciudadanas que se hacen presentes en estas coyunturas. Reiteramos nuestra solidaridad con la movilización social, justa, pacífica y democrática en nuestro país. 

¡Creemos e insistiremos en que toda movilización social sea y siga siendo creativa, pacífica y Noviolenta!